Este libro muestra con evidencia empírica recopilada desde un enfoque etnográfico, el despliegue de la violencia criminal en los márgenes del Estado y sus repercusiones en un conjunto de profesores de escuelas públicas primarias y telesecundarias de Michoacán, México. Para comprender las experiencias de victimización del profesorado sindicalista a través de sus narrativas, se realizó un acercamiento a las estrategias políticas y pedagógicas que emplean para lidiar con las problemáticas derivadas de la inseguridad, en un contexto regional afectado desde hace varias décadas por procesos de narcotráfico y conflicto armado. En general, el presente estudio permite visualizar cómo la criminalidad ha permeado en las relaciones sociales de un sector social especifico, el magisterio, quien no claudica en su labor de educar, pero también muestra con preocupación cómo este problema se extiende por varias localidades del México contemporáneo.